Te gustaría aprender a potenciar el crecimiento personal de tus hijos adolescentes y mejorar las relaciones en tu familia?
Cuál es el sentido de los problemas en la adolescencia ?
En todo sistema social, se generan conflictos. Y estos no solo son naturales, sino necesarios para el equilibrio y la evolución. La realidad es que el hecho de que haya conflictos, no tiene que ser necesariamente disfuncional. Lo realmente determinante es la manera de gestionarlos por parte de sus miembros. Ésto, y no otra cosa, determinará la «salud del sistema familiar».
La adolescencia por sí misma y los cambios que ella provoca son razones suficientes para crear cambios en las relaciones familiares durante la adolescencia. Claro que no todas las familias van a sufrir este “deterioro” de la relación entre padres y adolescentes, pero sí la mayoría.
Incluso aquellas familias que habían tenido una relación armónica durante la niñez, van a atravesar durante la adolescencia temprana una época de un cierto desajuste y de una mayor conflictividad.

La gran mayoría de los conflictos, se originan por desacuerdos y distintas maneras de ver y entender aspectos de la vida en general: como la educación, las modas, la tecnología, la forma de vestir, el trabajo, las creencias religiosas, la sexualidad… generando «choques». Y estos terminan en conflictos, a veces profundos, generalmente por falta de flexibilidad, en cualquiera de las partes, y en el sistema en general.
¿A qué se deben los conflictos entre padres y adolescentes?
La comunicación entre padres e hijos suele deteriorarse en algún momento entre la infancia y la adolescencia debido a algunos cambios claros en los patrones con los que interactuamos con nuestros hijos. Los siguientes son algunos ejemplos:
- Pasamos menos tiempo juntos.
- Los adolescentes suelen interrumpir las pláticas con los padres.
- La comunicación se hace más complicada.
- La diferencia de percepciones de la vida que existe entre padres e hijos.
- Los padres son muy optimistas sobre el estado de la relación con sus hijos.
- Los hijos son muy pesimistas sobre el estado de la relación con sus padres.
Todo ésto tiene un LADO POSITIVO: Si !
El cambio se producirá cuando logremos verlos como oportunidades, y no como dificultades infranqueables.
Nuestros hijos adolescentes «están cambiando», tienen nuevas necesidades y requieren un trato diferente al que recibían en la niñez. Sin este aliciente los padres no nos veríamos motivados a informarnos más, educarnos y adecuar nuestro estilo de crianza para con nuestros hijos.
Si pensamos en el conflicto como una fuerza de cambio y evolución, comprendemos que una familia funcional es la que sabe aprovechar los problemas para transformarse y evolucionar, tanto a nivel individual como grupal. Es decir, que entiende que el conflicto que expresa uno de los miembros de la familia es el reflejo del problema que hay en el sistema y, al mismo tiempo, es parte de su solución. Por lo tanto, un conflicto siempre será una oportunidad para mejorar conjuntamente.
Que es una familia disfuncional?
Es una familia inflexible, que teme cualquier cambio y ve los conflictos como obstáculos. Les cuesta ver y aceptar que esta resistencia a transformarse es la principal causa de las dificultades que experimenta. Se atienen a «mandatos» que terminan condicionando algo tan crítico como el desarrollo de sus miembros. Asi, el sistema deja de evolucionar.
Que podemos hacer?
La llave está en la forma de afrontamiento y en el «interés» en encontrarlo. Si el interés no es genuino, poco vamos a poder hacer.
Es un camino de descubrimiento, para el cual, «felizmente» no hay recetas. Cada caso es único.
Ser flexibles, comprensivos, abiertos. Escuchar a nuestros hijos y sobre todo dejarlos ser!
Es una maravillosa etapa de la vida, que, como toda crisis, trae con sigo, evolución y cambio.
Evitar mandatos inflexibles, permitir que experimenten (con seguridad, claro está). Permitirnos no estar de acuerdo, aunque acompañar.
El sistema cambiará para siempre, y eso es saludable para todos. Habrá dolor, inseguridad, y miedo.
Esas sensaciones, usémoslas para mejorar. Pueden ayudarnos a estar mas atentos, a informarnos, y a acompañar a nuestros hijos a descubrir el mundo. A redescubrirse ellos mismos.
En todo el universo, no existe la estabilidad. La vida implica cambio y adaptación.